lunes, 9 de julio de 2007

La educación superior tanto en el pasado reciente, como de seguro en el futuro, el problema más difícil y complejo con el que se encontrará, será el desajuste cada vez mayor entre el número y tipo de graduados que salen anualmente de las universidades y la capacidad de la economía para asimilarlos y utilizarlos de forma productiva. En cualquier escenario de crecimiento económico, la demanda de profesionales del aparato productivo nacional será inferior a la oferta de egresados de las universidades.
Se debe conceder una elevada prioridad a la investigación tanto básica como aplicada, empezado en el seno de la propia universidad, en cooperación con otras instituciones de investigación, la industria y el comercio y organizaciones gubernamentales especializadas y creando un nuevo perfil del profesional que competirá en un mundo globalizado.

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